Siempre hablamos acerca de los beneficios de una
educación musical temprana, debido a las ventajas que aporta para el desarrollo
de los más pequeños, sin embargo, deberíamos plantearnos la técnica más
adecuada para ello.
Desde que somos
pequeños nos enseñan los distintos instrumentos musicales, sus características,
como tocarlos (en la mayoría de los casos la flauta dulce) e incluso comenzamos
a llevar a nuestros hijos a conservatorios para que aprendan a tocar.
Y es aquí donde
lanzamos nuestra pregunta, ¿y
si en vez de aprender a tocar los instrumentos aprendiésemos a hacer música con
nuestro propio cuerpo, que beneficios obtendríamos?
Dalcroze llevó esto a
cabo, mostrando las ventajas de realizar música con nuestro propio cuerpo, ya
que este pedagogo y compositor suizo se opuso al aprendizaje mecánico de la
música, dado que consideraba que a través del movimiento corporal era posible educar
el oído y el desarrollo perceptivo del ritmo. Con este proposito hacía marcar
el compás con los brazos y dar pasos de acuerdo con el valor de las notas,
mientras él improvisaba en el piano. De este modo llegó a la conclusión de que
el cuerpo humano por su capacidad para el movimiento rítmico, traduce el ritmo
en movimiento y de esta manera puede identificarse con los sonidos
musicales.
En base a esto
Dalcroze elaboró un método conocido como Euritmia, el cual relaciona el
movimiento corporal y la música, que teoriza los elementos musicales a través
de la práctica corporal, permitiendo el desarrollo de la motricidad global,
parcial y fina y formando el oído a través del movimiento.
1.La
rítmica Dalcroze se basa en la improvisación. Los niños caminan libremente,
y entonces comienza el piano a tocar una marcha suave y lenta, sin
advertirles nada, los alumnos adaptan poco a poco su marcha al compás de
la música. Así va introduciendo los valores de las notas (las figuras):
-Las negras para marchar
-Las corcheas para correr
-La corchea con puntillo y semicorchea para saltar
-Las negras para marchar
-Las corcheas para correr
-La corchea con puntillo y semicorchea para saltar
2. Se desarrollan ejercicios apropiados para la orientación espacial. Como por ejemplo, marchas en círculo hacia derecha e izquierda levantando y bajando los brazos a la voz de “hop”.
3. Se desarrollan ejercicios apropiados para hacer sentir los matices. Ejemplo: el profesor toca una música suave y los niños andan de puntillas (siempre en círculos), y cuando la música es fuerte y marcada, marchan marcando fuertemente el paso.
4. Se desarrollarán movimientos expresivos para la interpretación y el carácter de la obra musical.
5. El silencio se hará sentir relacionándolo con la interrupción de las marchas con ausencia de sonido.
Bailando con globos. Método Dalcroze
Bibliografía:
https://sites.google.com/site/pedagogiamusi/metodo-dalcroze
Vernia, A.
M. (s.f.). Método Pedagógico Musical Dalcroze. Conservatorio Profesional de
Música Mossen Francesc Peñaroja, 4.
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